viernes, 20 de marzo de 2015

El viento aúlla y las calles están vacías. En estos momentos me gustaría saber qué es vivir, vivir de verdad. Correr hasta querer vomitar y, en lugar de eso, reír con la espalda pegada a la pared y las manos en las rodillas. Gritarle a la Luna y las estrellas a pleno pulmón y cantar hasta quedarme afónica. Saber a qué sabe el amor y cuán suaves son sus caricias. Viajar, y saber, y aprender, y bailar.

Las lágrimas quieren venir y no lo harán. Lo sé. Conozco demasiado bien a estos ojos color café con una pupila siempre más dilatada que la otra. En unas horas, estarán cerrados, durmiendo, como si nada. Si es que acaso el viento les deja.

Ahora todo duele y no parece que vaya a sanar. Más oscura que la noche, mi tristeza; más brillantes que el Sol, mis sueños.

Y en esta noche en la que el viento no calla y el mundo se silencia,
Sé que este no es el fin.

sábado, 7 de marzo de 2015

Con los pies heridos.

¿Dónde estás?, me pregunto a cada instante. ¿Dónde estás?, gritan mis pensamientos. Te perdono, te perdono lo que a nadie jamás perdonaría, susurran con la voz rota, te perdono la moral inexistente, las palabras frías y el descuido eterno.
¿Volvería a bailar con los pies descalzos sobre el suelo de tu corazón vacío? Ese que al principio era suave y fresco, ese que se fue llenando de cristales rotos que no fuimos capaces de barrer. Como la sirenita que bailaba por su príncipe aun sintiendo cuchillos clavarse en sus nuevas piernas, seguí bailando por ti. Hasta que no pude más. ¿Volvería a bailar con los pies aún heridos sobre el suelo de tu cansado corazón? Cualquier cosa por volver a hacer tus mejillas sonrojar, cualquier cosa para que conmigo no dejes de soñar...
Grito tu nombre en silencio y no contestas, pero si lo hiciera en voz alta seguirías sin oírlo. No volverás, no volverás y solo quedo yo para ver como nos convertimos en pasado, como se esfuman los más bellos momentos de mi vida.
Y me dicen que merezco algo mejor.
Y me dicen que tal vez volvamos a encontrarnos.
Y yo tengo miedo de pronunciar tu nombre.
Y yo tengo miedo de olvidar finalmente y de recordar para siempre.