"¿Qué somos?" se
preguntan una y otra vez. No somos nada. Una casualidad, un prodigio. Estamos
hechos de la materia de las estrellas, de los planetas y agujeros negros.
Estamos compuestos por átomos que, casualmente, están en la posición adecuada
para crear una mente consciente.
"¿Qué sentido tiene la
vida?". La pregunta del millón. Yo creo que ninguno. De nuevo, un grupo de
átomos combinados en la forma correcta por casualidad crea una célula, igual
que podrían ser parte del aire, y esa célula se alimenta, crece y se reproduce.
Con el tiempo, las células se agrupan y forman organismos, unos tan simples
como el plancton o una ameba, otros tan complejos como nosotros o un elefante. Por
algún motivo estos seres, plantas, animales, hongos o seres unicelulares,
tienen la necesidad de crear más otros como ellos, tienen la necesidad de
preservar la vida. Pero si todos desapareciesen, no pasaría nada, el universo seguiría
a delante.
Somos un capricho del universo,
los grandes genios necesitan un público, estamos aquí para contemplar
maravillados su obra e intentar comprenderla. Lo que el universo no sabía es
que nosotros también somos genios capaces de crear y destruir en busca de que
les admiren y comprendan.
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