Deseó una y otra vez lo mismo. Y esperó con impaciencia a que se cumpliera, pero esperó.
Y no se cumplía, pero no debía perder la esperanza pues esa era la única forma para conseguirlo.
Lo pidió a las pestañas que se sueltan, a las estrellas que se caen, a los dientes de león que vuelan y a las velas que se apagan. Y no se cumplía, pero no debía perder la esperanza o quedaría perdida en un mundo sin motivo, sin razón.
Y esperará, esperará hasta la muerte si es necesario. Con impaciencia y esperanza.
Y creerá, creerá hasta la muerte si es necesario. Intentando no caer en la locura.
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