Todos los astros que vi en el cielo llevaban su nombre, cada estrella, cada planeta, cada luna, cada constelación. Pero han comenzado a desaparecer, una por una se esfuman las estrellas, no explotan, no se mueren, no hay ni nebulosas de las que nazcan otras nuevas, ni agujeros negros que las traguen. Desaparecen. Me están robando mis estrellas, mis cometas. Mi universo se está muriendo.
Ahora que ya no hay Luna, cesaron las mareas. Y sin Sol este mundo viaja a la deriva, dispuesto a colisionar. El aire, al huir de la atmósfera, crea vientos que azotan mi piel.
Me están robando mis estrellas y no puedo hacer nada mientras veo morir a mi universo. Volveré a épocas remotas de vacío, en las que no existía el tiempo, en las que no había espacio.
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