Quiero volver a dejarme llevar por la corriente, aun sabiendo que de nuevo me hará golpear con las rocas. El agua me acunaba y al menos sabía que llegaría a alguna parte. Ahora, en tierra, la humedad me cala los huesos y el frío se clava en mi piel como cuchillos. Pero las voces me llaman y me hablan de algo mejor y, aunque me sangren los pies y se me desgarre el alma, debo seguir caminando.
Y si yo era viento y gravedad, sin mí, ¿cómo avanzará el río?
Si yo era tierra, sin cauce, ¿qué camino tomará el agua?
Y si yo era sol y primavera, sin calor, ¿cómo se deshelarán las nieves?
Si yo era vida, sin mí, ¿a quién alimentarán sus aguas?
Irá a parar la corriente al mar, al mar de los recuerdos, y será pasado por siempre.
Y, por siempre, será parte de mí su agua. En mi sangre, en mi boca, en mis ojos.
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