domingo, 27 de octubre de 2013

Como dibujos en las paredes de una habitación vacía, las imágenes creadas por mi mente no ocupan el hueco. Por muy fielmente representadas que estén  no son reales.

Aquella figura androgina que me abraza por la espalda en mi mente cuando me hallo tendida en la cama, no da calor.

Aquellas veces que reescribo conversaciones pasadas imaginando cómo hubieran sido si hubiese dicho algo diferente, no cambian el pasado.

Aquellas otras en las que creo nuevas  no hacen que la otra persona sepa ni que yo me atreva a decir.

Aquellos escenarios donde soy heroína o, al menos, importante en un plan de salvación, no provocan adrenalina ni me hacen salvadora.

Y, es que, de nada sirven planes que no se llevan a cabo ni palabras no pronunciadas ni tactos intangibles,

Como dibujos en las pareces de una habitación vacía, mis quimeras no llenan mi vida.

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