viernes, 11 de septiembre de 2015

Tropezando.

Se acumulan las ideas y no encuentro palabras que alcancen a expresar los dilemas y las pasiones que como quimeras asoman en mi mente pero no llegan a entrar. 

¿Pero acaso hay palabras para describir el vacío que de nuevo crece en mí? Ese que antes simplemente era, inmutable; ese que ahora se abre paso como cuchillas que desgarran. ¿Y cómo fingir sentir lo que no siento mancillando la única forma de completa sinceridad que me queda?

No hay forma ya de contar sin sonarme falsa, fría y distante. Incómodo y costoso se ha vuelto lo que antes más natural se sentía. Tras sus maltratos y ofensas, otra cosa no pude sino deshacerme de la musa que se volvía ya repetitiva y con su ausencia, sin sus lágrimas, se secaron los ríos de palabras.

A cada palabra bautizaré con el nombre de la frustración, pues las frases, como maquinaria oxidada tras años sin usar, se construyen lentas, a trompicones, temblorosas. Desespero forzando la paciencia y las ideas, espero rogando por la vuelta de la fluidez del viento, vetusto y aún vigoroso, fresco y suave; a mis escasas líneas.

Tal vez el otoño mate las hiedras que me aprietan. Tal vez en el invierno encuentre descanso. Tal vez con la primavera renazca el jardín lleno florituras pomposas.

jueves, 9 de abril de 2015

Lucha es nuestro deber.

¿Cuántos más habrán de caer para que el mundo se levante? ¿Cuántas voces habrán de quedar silenciadas para que el resto la alce? ¿Cuántas vidas más serán truncadas en nombre de la ignorancia y la opresión? ¿Cuántos futuros más se perderán en nombre de la intolerancia?

Hoy digo basta, al igual que ayer, al igual que mañana. Hoy digo basta, aunque no se me escuche. Hoy pido que el pasado no sea olvidado, que sus nombres queden gravados en piedra, escritos con fuego en nuestra memoria. Un fuego encendido con las llamas de sus almas que se apagan, que recorre mis venas y alumbra mis ojos.

Somos todos carne y hueso, efímeros, mortales. Pero aunque caigamos uno a uno, hay algo que prevalece; aunque las voces se esfumen, hay algo que no se acalla; aunque las vidas terminen, hay algo que permanece. Son ideas e ideales que se heredan y moldean, que me empujan a seguir a delante. Y seguiré a delante por los que ya se han ido y por los que aún no están, por su memoria y por su futuro. 

Porque he visto a la humanidad en su mejor y su peor versión y sé de qué somos capaces, porque hemos llegado muy lejos pero apenas hemos comenzado, porque uno ya es demasiado y porque demasiados parecen no ser suficientes; por eso digo lucha es nuestro deber.

Hoy suplico con un grito ahogado ni uno más, con la certeza de que mis plegarias serán ignoradas.

viernes, 20 de marzo de 2015

El viento aúlla y las calles están vacías. En estos momentos me gustaría saber qué es vivir, vivir de verdad. Correr hasta querer vomitar y, en lugar de eso, reír con la espalda pegada a la pared y las manos en las rodillas. Gritarle a la Luna y las estrellas a pleno pulmón y cantar hasta quedarme afónica. Saber a qué sabe el amor y cuán suaves son sus caricias. Viajar, y saber, y aprender, y bailar.

Las lágrimas quieren venir y no lo harán. Lo sé. Conozco demasiado bien a estos ojos color café con una pupila siempre más dilatada que la otra. En unas horas, estarán cerrados, durmiendo, como si nada. Si es que acaso el viento les deja.

Ahora todo duele y no parece que vaya a sanar. Más oscura que la noche, mi tristeza; más brillantes que el Sol, mis sueños.

Y en esta noche en la que el viento no calla y el mundo se silencia,
Sé que este no es el fin.

sábado, 7 de marzo de 2015

Con los pies heridos.

¿Dónde estás?, me pregunto a cada instante. ¿Dónde estás?, gritan mis pensamientos. Te perdono, te perdono lo que a nadie jamás perdonaría, susurran con la voz rota, te perdono la moral inexistente, las palabras frías y el descuido eterno.
¿Volvería a bailar con los pies descalzos sobre el suelo de tu corazón vacío? Ese que al principio era suave y fresco, ese que se fue llenando de cristales rotos que no fuimos capaces de barrer. Como la sirenita que bailaba por su príncipe aun sintiendo cuchillos clavarse en sus nuevas piernas, seguí bailando por ti. Hasta que no pude más. ¿Volvería a bailar con los pies aún heridos sobre el suelo de tu cansado corazón? Cualquier cosa por volver a hacer tus mejillas sonrojar, cualquier cosa para que conmigo no dejes de soñar...
Grito tu nombre en silencio y no contestas, pero si lo hiciera en voz alta seguirías sin oírlo. No volverás, no volverás y solo quedo yo para ver como nos convertimos en pasado, como se esfuman los más bellos momentos de mi vida.
Y me dicen que merezco algo mejor.
Y me dicen que tal vez volvamos a encontrarnos.
Y yo tengo miedo de pronunciar tu nombre.
Y yo tengo miedo de olvidar finalmente y de recordar para siempre.

domingo, 25 de enero de 2015

No somos Las Mil y Una Noches.

Una última noche. Tan solo una noche más.
Para decirnos lo que llevamos tiempo sin decir,
para darnos cuenta de que entre nosotros nada cambiará.
Para despedirnos y para recordar.
Una última noche para dejarnos amar.
Una noche que no queremos terminar,
un poco más, pides, un poco más.
Y te duermes y yo la veo acabar.

Pero con las nuevas luces pides otra más.
Una última noche. Tan solo una noche más.
Sabemos que mañana la historia se repetirá.
Ninguno somos Scheherezade, no habrá ni una más.
No tienes historias que contarme, no tengo historias que contar.
Yo con el alba moriré y tú con otra yacerás.

Pronto de tu memoria mis recuerdos se esfumarán...

viernes, 23 de enero de 2015

Distancia.

Me entregué dulce y sincera, fui recibida con ternura y palabras que parecían escribir mi nombre en las estrellas. Cada noche me acostaba sobre almohada de sueños entre sábanas de promesas.
Éramos dos niños, solos y tristes, uno con heridas profundas, la otra con vendas y demasiado amor que dar. Éramos dos niños perdidos que se encontraron, éramos dos niños que miraron a los ojos de la distancia y creyeron poder vencerla.
Me acostumbré a tenerte tanto en tan pocas semanas, que cuando faltabas me faltaba la luz. Tu presencia y tu ausencia se mantenían en un precioso y delicado equilibrio.
Y se rompió. Se rompió algo en nuestro perfecto engranaje. Nuestro pequeño paraíso de bromas picantes y palabras de amor se volvió frío y distante. A veces parecía funcionar, pero no era más que unas gotas de lluvia en el desierto. Y me cansé de pasar sed por dar de beber a tu ego.
Me lloraste, te lloré, nos extrañamos cada anochecer, pero debimos saber que nada bueno se puede esperar al volver lanzar barcos rotos al mar.
Mientras el barco se hunde, yo trato de nadar, tú por el contrario como buena sirena a alguien lograste engatusar.
Miré para atrás y me arrepiento, se que pronto ambos os vais a ahogar.

sábado, 17 de enero de 2015

Take it away from me.

Tómalo, tómalo todo de mí. Llevate mi amor y mi cariño, mis fuerzas y motivaciones, llevate mi tiempo, mis esperanzas e ilusiones. Aun así no te culparé de llevarte mi felicidad, esa que tú me diste, de asfixiar mi ternura, esa que tanto adorabas.
Creí que eras la luna y las estrellas, pero de la noche solo eres oscuridad. La luz que emitías no era más que el reflejo de la mía, el calor que sentía no era más que mi propia calidez de vuelta. Sin mí estás incompleto, tan vacío y a punto de morir.
Lo siento si el mundo te ha hecho daño, si mi brazo no fue lo suficiente largo para alcanzarte al fondo de tu infierno particular, pero no puedo permitir que me hieras, que tires de mí hacia abajo y me hundas contigo.
Y si te vas sigo cayendo, pero al menos será por mi propio peso.