lunes, 17 de marzo de 2014


En su dolor encontré mis motivos. De su cansancio alimenté mis fuerzas. 
De su tristeza renació mi melancolía. A la llamada de sus recuerdos acudió mi rabia. 
De sus silenciosos gritos nacen mis nuevos sueños. Por las heridas de su alma despertó la mía.

Prometo permanecer cuando no quede nadie.
Prometo permanecer cuando sean tantos que no puedas contarlos.
Cuando rías, cuando llores, deseo compartirlo.

Será su sangre derramada el castigo de mi impotencia.
Serán sus desconsolados llantos el sonido más terrible que nunca escuché.
Serán sus cicatrices nuevas los barrotes de mi celda.

Tus secretos estarán a salvo. Mis labios estarán sellados por los besos que no dimos.
Tus noches serán veladas desde la distancia pues son el principio y el fin de mis días.
Hoy no habrá arrepentimiento, tampoco lo hallaré mañana. Mis promesas serán cumplidas.

Seguiré adelante, por ambos, por ninguno. Aunque parezca que no avance.
Seguiré esperando los cambios, las mejoras, las soluciones. Aunque parece que no llegan.
Seguiré luchando batalla tras batalla hasta el final. Aunque parezca que la guerra no acaba.

No puedo salvarte. Tú eres quien debe hacerlo.
No puedo abrazarte. Tú sabes que quiero.
Pero puedo apoyarte, siempre que me sigas aceptando.

2 comentarios:

  1. Oh... Es muy bonito y triste a la vez.... Con un cierto toque de amargura...
    En resumen... Me gusta.

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