Cansado, abatido. Pobre niño triste. Naciste para ser el príncipe de un cuento de hadas, pero acabaste siendo protagonista de un drama.
¿Serás mártir o acabarás victorioso?
Cierra los ojos, pequeño. Descansa en la noche. Todo acabará, tarde o temprano. Quién sabe, quizá esto sea todavía la parte triste de la película.
Lo eres todo y por eso no eres nada. Eres fuerte y débil, pasional y frío, cuerdo y loco, niño y hombre, llanto y risa, dolor y vacío.
Puede que todavía quede opción de salvarte.
Dime, ¿sueñas con algo más que muerte, propia y ajena? Jamás acabarán las pesadillas, pero tal vez algún día dejarán de ser mejor que lo que encuentres al abrir los ojos.
Cuchillas sobre tu piel, aire en tu estomago y lágrimas en la almohada. Gritos y silencios, respiraciones ajetreadas, susurros y suspiros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario