jueves, 17 de julio de 2014

Que los malnacidos reciban también una mala muerte.

Furia corre por mis venas, desprecio hacia hombres que siquiera conozco. Aquellos que piensan que sus motivos para luchar justifican la muerte de aquellos que no se quisieron involucrar, aquellos que creen que con una disculpa se les ha de perdonar y repiten una y otra vez sus mismas acciones. Se creen legítimos dueños de las vidas de quienes les rodean cuando solo son ladrones de sus sueños. Destrozan vidas, familias, ciudades. Destruyen sueños, mentes, futuros. No pararán pues como el dolor no recae sobre ellos no les parece importante. A base de golpes y ordenes se abren paso. Se sienten poderosos al ver el miedo en el rostro de sus victimas. Pero solo son escoria. La escoria de una especie que podría ser grande si no se dedicaran a mutilar almas.

Que caiga, que caiga sobre ellos lo peor que el universo pueda prepararles. Justicia poética o legal, accidentes y rachas de mala suerte. Que las puertas del infierno se abran bajos sus pies. Lo que sea necesario hasta que deseen no haber cometido tales crímenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario