viernes, 16 de agosto de 2013


"¿Qué somos?" se preguntan una y otra vez. No somos nada. Una casualidad, un prodigio. Estamos hechos de la materia de las estrellas, de los planetas y agujeros negros. Estamos compuestos por átomos que, casualmente, están en la posición adecuada para crear una mente consciente.

"¿Qué sentido tiene la vida?". La pregunta del millón. Yo creo que ninguno. De nuevo, un grupo de átomos combinados en la forma correcta por casualidad crea una célula, igual que podrían ser parte del aire, y esa célula se alimenta, crece y se reproduce. Con el tiempo, las células se agrupan y forman organismos, unos tan simples como el plancton o una ameba, otros tan complejos como nosotros o un elefante. Por algún motivo estos seres, plantas, animales, hongos o seres unicelulares, tienen la necesidad de crear más otros como ellos, tienen la necesidad de preservar la vida. Pero si todos desapareciesen, no pasaría nada, el universo seguiría a delante.

Somos un capricho del universo, los grandes genios necesitan un público, estamos aquí para contemplar maravillados su obra e intentar comprenderla. Lo que el universo no sabía es que nosotros también somos genios capaces de crear y destruir en busca de que les admiren y comprendan.

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